Con la conciencia llena de niebla es mejor.
Pero yo no lo creí…
Hoy vengo a revisar mis criterios ante el tribunal del sexto sentido. Una declaración. Una mentira muy gordita. Un dolor en la arteria de la razón. Una lágrima que sabe a un no. Mejor: A un ¡No!
Y otra vez el viaje loco de la esquirla que me rozó el alma tras romperme la razón. La alarma final me traspasó los oídos.
Salir a la superficie y ver que no puedes ver. Y la niebla otra vez. Frío húmedo que te inunda las venas. Quedarte sin fuerzas. Y el silencio oscuro.
Dicen que no estoy aquí.
Y me lo creo.
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